jueves, noviembre 29, 2007

I due amici, fragmento de un inédito de A. Moravia

tomado de adnCULTURA La Nación 24/11/07
http://adncultura.lanacion.com.ar/Nota.asp?nota_id=964939&high=alberto

"...En cuanto terminó la guerra se produjeron en mi vida dos acontecimientos importantes. El primero fue que me afilié al partido comunista. Imagino que cada hombre actúa por motivos al mismo tiempo interesados y desinteresados, personales e impersonales.
[...]
y supongo que entre los motivos interesados de mi afiliación al partido comunista se encontraba estar en situación de decirle: "Me creías un intelectual... y en cambio ahora me afilié al partido... soy un comunista... ¿qué te parece?" En este punto se me dirá que hacerse comunista no es la única alternativa a ser un intelectual. De hecho, si hubiera querido cambiar habría podido convertirme también en un empleado, operario, explorador, aviador.
[...]
En mis constantes ensoñaciones había dado vueltas y más vueltas en todos los sentidos a la teoría comunista, y siempre me maravillaba advertir hasta qué punto empalmaban exactamente en ella el entusiasmo y el cálculo, la psicología y la estadística, la teoría y la práctica, la historia y la utopía, los medios y los fines
[...]
Me decía entonces que en un siglo como el nuestro, tan dedicado al progreso científico, la teoría comunista, con un fondo religioso tan importante como el cristianismo, era superior a este último en cuanto a que podía expresarse con el lenguaje de la época, que no era en absoluto religioso sino científico. Representaba para el mundo el viejo de sueño de una palingenesia total (nota2), pero esta vez posible si era cierto -como me parecía que lo era- que la ciencia había descubierto finalmente el medio por el cual el hombre podía renovarse completamente.

nota1: se cuenta que esta novela política la escribió entre El conformista, 1947 y El desprecio, 1954 (la primerala leí al igual que La campesina);
dicen que Moravia quemaba todas las redacciones provisorias ...esta se salvó;
en la primavera del 66 se encontró una valija en el sótano de la casa en Lungotevere della Vottoria, en Roma, valija con escritos de 1963...entre ellos éste!!

nota 2:
palingenesia: 1. f. Regeneración, renacimiento de los seres (DRAE)

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sábado, noviembre 17, 2007

Cheever, Diarios

"...Entonces, en el bosque, debe elegir. A su izquierda está la rubia vestida de blanco; en realidad, tiene el pelo dorado. Cada uno de sus gestos o movimientos,quitarse una hoja seca de la falda, parece aumentar la luminosidad. La otra es morena, de ojos oscuros; la misma luminosidad de su piel es oscura. Es delgada, de senos altos y dedos muy largos. Las muchachas representan (no hay nada de original en ello) la noche y el día, el peso y la ingravidez, el sol y la luna. La rubia representa una sucesión interminable de habitaciones iluminadas; la charla ligera y las risas de amigos y amantes; el sano orgullo, el triunfo.. La otra representa un solo cuarto, pequeño y oscuro. Es una solitaria feliz y le gustan las uvas fuera de temporada.. Y sin embargo, es la curva de su espalda lo que el quiere acariciar con los dedos, aunque la palabra dedos signifique otra cosa. Por eso está en el bosque y se le ha pedido que elija entre una luz ilimitada y una oscuridad cuyo único encanto es el misterio. Pero lo que no ha tenido en cuenta son las opinones de la luz y la oscuridad.Si ha invertido en bonos municipales libres de impuestos, piensa la chica rubia, ¿los ha asegurado? ¿Sabrá encontrar un taxi una noche de lluvia? ¿Se enfadará si insisto en llegar a todas partes, absolutamnete a todas, con diez minutos de anticipación, y porque como chocolatines entre horas y dejo los envoltorios en los ceniceros?
¿Ronca?, se pregunta la representante de la oscuridad. ¿Tose por las mañanas?¿Es desconsiderado, dado que hace veinte minutos que tenía que haberme tomado el medicamento contra la hipertensión y soy alérgica a las rosas que abundan en este bosque?
Pasa por alto los árboles que tienen sus propios pensamientos y angustias. Un óxido virulento, invisible al ojo, es capaz de marchitar al más grande. Una glicina, hoy delgada como un cabello, es capaz de torcer y quebrar el tronco de un roble. Está en Arden, un bosque cuya riqueza y profundidad jamás podrá comprender, engañado por la importancia de su elección..."


John Cheever
Diarios

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viernes, noviembre 16, 2007

inicio de inédito Cortázar Ciao, Verona; Revista Ñ , Clarín

"Fue en Boston y en un hotel, con pastillas. Lamia Maraini, treinta y cuatro años. A nadie le sorprendió demasiado, algunas mujeres lloraron en ciudades lejanas, la que vivía en Boston se fue esa noche a un night-club y lo pasó padre (así se lo dijo a una amiga mexicana). Entre los pocos papeles de la valija había tarjetas postales con solamente nombres de pila, y una larga carta romántica fechada meses antes pero apenas leída, casi intocada en el ancho sobre azul. No sé, Lamia -una escritura redonda y aplicada, un poco lenta pero viniendo evidentemente de alguien que no hacía borradores -, no sé si voy a enviarte esta carta, hace ya tanto que tu silencio me prueba que no las lees y yo nunca aprendí a enviarte notas breves que acaso hubieran despertado un deseo de respuesta , dos líneas o uno de esos dibujos con flechas y ranitas que algunas vez me enviaste desde Ischia, desde Managua, descansos de viaje o manera de llenar una hora de hastío con una mínima gentileza un poco irónica..."
Según Rosa Montero las novelas de Cortázar envejecen mal, en tanto los cuentos los jerarquiza el tiempo;
total acuerdo,desde siempre...Cortázar es cuentos

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domingo, noviembre 11, 2007

final de ASI un relato inédito de Carson McCullers




lo tomo de adnCULTURA, la revista cultural de los sábados de La Nación BsAs, oct 27,07. La revista anticipa este relato inédito en español (se publican Cuentos completos , Seix Barral) de esta autora norteamericana Carson McCullers (1917-1967) a la que consideran es una de las cuentistas más destacadas de los EEUU.

es el arrebato final de esta joven :


"...Y no voy a perder el tiempo tratando de conseguir que mi hermana vuelva a ser como antes. Me siento sola - es cierto - , pero no me importa. Sé que no hay manera de quedarme en los trece años toda la vida, pero se que nunca dejaré que nada me cambie en absoluto, sea lo que sea.

Patino y monto en bicicleta y los viernes voy a los patirdos de futbol americano del instituto. Pero cuando una tarde todo el mundo se sentó en el gimnasio del sótano y empezaron a hablar de ciertas cosas - casarse y todo eso - me levanté enseguida para no oirlo y subí y me puse a jugar al baloncesto. Y cuando alguna de las chicas empezaron a decir que se iban a pintar los labios y a ponerse medias dije que yo no lo haría ni por mil dólares ya ven que no seré nunca como Marian ahora [la hermana de 18 años, y dificultades con el novio]. Por supuesto que no. Cualquiera que me conozca se dará cuenta. Sencillamente no, eso es todo."
No quiero crecer si es para acabar así.

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inicio El castillo blanco Orhan Pamuk, Nobel 2006

"Íbamos de Venecia a Nápoles y los barcos turcos nos cortaron el paso. Éramos en total tres naves, mientras que sus galeras, surgiendo de la niebla, parecían no tener fin. De repente estallaron en nuestro barco el miedo y la inquietud; los galeotes, en su mayoría turcos y moros, lanzaban gritos de alegría que me crispaban los nervios. La proa de nuestro barco, como la de los otros dos, estaba orientada hacia tierra, hacia poniente, pero nosotros no pidimos ser tan rápido como ellos. Nuestro capitán, que temía ser castigado si caía cautivo, era incapaz de ordenar que se flagelara con violencia a los galeotes. Más tarde medité a menudo que toda mi vida había cambiado a causa de la cobardía de aquel capitán.
En cambio ahora pienso que mi vida habría cambiado en realidad de no ser por aquel breve ataque de cobardía del capitán. Es algo sabido que la vida no está predeterminada y que todas las historias son una cadena de casualidades. Pero incluso los que son concientes de esa realidad, llega cierto momento de su existencia y miran atrás, llegan a la conclusión de que lo que vivieron como casualidades no fueron sino hechos inevitables. Yo también pasé por una época parecida; ahora mientras sueño con los colores de los barcos turcos que aparecían en la niebla como fantasmas e intento escribir mi libro en una vieja mesa, creo que esa época es la mejor para empezar y acabar una historia.
Al ver que los otros dos barcos..."
Literatura Mondadori, 2007
me sorprende la sencillez y lo ágil de la escritura, como lo atrapante de su contenido; es el primero que leo de él

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jueves, noviembre 08, 2007

Oktubre a los 90, Raquel Diana

esta pieza fue enviada por Raquel a lista de distribución de la que formo parte;
Raquel es una amiga, una Compañera, es en mi opinión muy buena guionista teatral, excelente directora y exquisita actriz;
actúa en El Galpón

"...Genaro propuso hacer algo con motivo del 90 aniversario de la
revolución de octubre. Como no se me ocurrió "qué hacer" (caramba), escribí esto. Porque tenía ganas.

Oktubre a los 90

No estuve allí. Creo.
Desde acá, abro un paréntesis, levanto la cabeza, me sacudo el barro
y canto la vieja canción:

"De regreso a octubre, desde octubre,
sin un estandarte
de mi parte
te prefiero igual
internacional" *

Harta de estar perpleja y de la perplejidad misma.
De la derrota, ¿o es que ganamos?
Agotada de tener que afirmar la cantidad de cosas que estamos
construyendo y de extremar el uso de la dialéctica: contradicción
va, contradicción viene, y alguna síntesis superior de vez en cuando.

De la queja airada de muchos de aquellos a los que están dirigidas nuestras buenas intenciones. ¿O más que "muchos" son los vociferantes? ("Vociferante" suena a animal mitológico, pero no.
En cambio "muchos" es una categoría difusa. Como "cambio".) Aburrida
del café descafeinado y la política sin política.
Hastiada de mi propia pereza conceptualizadora, discursística e
ideológica, que me imposibilita ordenar o estructurar el mundo, o mi pequeño esfuerzo diario, en algo que se parezca al sentido.
Salto. Salto 90 años en busca de una bocanada de épica.
Allí está Octubre, tan desubicada y ubicua que es en noviembre.
No estuve entonces, claro. Pero en aquel acto de multitudes, antes
de que ganáramos éstas, las elecciones, me pareció que la recordaba.

Sería un "déjà vu", o un pliegue del tiempo, quién sabe.
Curiosamente algo idéntico sentí cuando era niña, y en un 1ro. de
mayo, mi padre me subió a sus hombros para que pudiera ver a toda
aquella gente en la avenida. "Es el pueblo", me dijo, "somos nosotros". Nosotros.

Todavía niña me aburría en el cordón de la vereda de la explanada municipal, cuando las lágrimas emocionadas de mi madre me pusieron
en aquel acto, fundacional si, pero atado con hilo de seda o cuerda
de acero al viejo Octubre. Me di cuenta porque mi madre tiene los
mismos ojos de mi abuelo que había venido de Europa, bolchevique, y
después había marchado con Prestes en Brasil, y allí estuvo preso
con su familia justo cuando mi madre vino a nacer, y luego llegó a
aquí a hacer una vida y una revolución internacional, que era como
un nosotros pero más grande.

Creo que tenía 14 años cuando conocí a Genaro y desde un banco del
Parque Rodó, (no frente al palacio de invierno aunque hacía frío),
planificamos cómo derrotar a la dictadura primero, para construir
una sociedad justa sin explotados ni explotadores, después. Pequeños rojos, valientes (¿inconscientes? ¿patéticos?)
Por esa misma época, mi abuelo dejó sobre mi mesa de luz los tres
tomos de "Los subterráneos de la libertad" de Jorge Amado. No me
dijo nada: la lucha revolucionaria era una suerte de sobreentendido
genético, o algo así
La épica es más bien un género literario vinculado a las epopeyas y los héroes. Pero operaba (y opera) como una suerte de armadura, o
esqueleto (depende si uno necesita estar protegido por fuera o
sostenido por dentro). Y también como un estado de ánimo parecido al
entusiasmo, que nos vacuna contra este estado general de
insignificancia. Cuando invocamos a la Épica nos sentimos mejor. Ni que hablar cuando la invocada es la Revolución.

Y se vuelve asunto sagrado cuando pienso en concreto en cada una de
las personas que sufrieron o murieron. Antes, después, ahora.

Sobrevivimos a la dictadura porque nos sentíamos parte de una
epopeya, héroes incluidos, que daban sostén a cada una de nuestras
pequeñas o grandes tragedias cotidianas. Ahora es tiempo de otra cosa. O no. No sé.

Desde las películas de Eisenstein la revolución me mira, como me
miran esos hombres y mujeres con los mismos ojos y manos de mi padre
y los pobres y los que padecen injusticia (excluidos del mundo:¡uníos!).
Y fui fervorosa comunista porque no podía vivir sin creer que era
posible la emancipación de la humanidad o como se llame eso que
sería el reino de la justicia y la libertad. Que había tenido su
concreción, en un octubre o noviembre, cuando por primera vez en la
historia los pobres y explotados habían triunfado. ¿Al final de cuentas llegará el tiempo de los justos?

Pan y rosas. Pan y paz. El puño en alto. Los puños. "La hoz y el martillo aludían a la esperanza de que la historia, a la larga, se pusiera del lado de los que luchan por la libertad y la justicia.. La ideología dominante del "fin de las ideologías"

proclamaba en forma oficial la muerte de esa esperanza" dice Slavoj Zizek, el mismo que formuló una definición de "revolución" apasionante. Dice que la revolución es la representación de la utopía: presente y futuro se juntan en un instante y sentimos que la utopía nos toca y somos felices mientras luchamos por ella.

Tengamos revoluciones. Propongo.
Aunque hayamos perdido tantas veces y debamos hacernos cargo de tanta cosa.Llevamos nuestros fracasos, nuestras derrotas, nuestros crímenes
como arpones clavados en el lomo de una ballena blanca, que aún

sigue surcando los mares.
Ahora cuando alguien me pregunta a qué sector de la izquierda pertenezco, digo que soy un "atlante": soy de un mundo que, como la Atlántida, se hundió o nunca existió. Pero había algo bueno, bello y verdadero en él.
Un fantasma recorre el mundo: el dinero virtual, sobregirado e imbécil.
El pan y las rosas han dejado de ser alegoría o metáfora de cosa alguna: son objetos de consumo. Y si no hay poesía ni ilusión: consumamos actos de consumo que se consumen en el propio acto de consumir, o en todo caso cultive cada uno su propio jardín.

Prefiero Oktubre.

* De Fuegos de Octubre (1986), Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
Se puede ver y escuchar en:www.youtube.com/watch?v=1FNFxdEB7sM
Raquel Diana, 7 de noviembre de 2007

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sábado, noviembre 03, 2007

El último encuentro Sándo Márai

"...Konrád tenía un refugio donde su amigo no podía seguirle: la música.Era como si tuviera un lugar secreto, sólo para él, donde nadie en el mundo pudiera alcanzarlo.Henrik tenía callos en los oídos, le bastaba con la música cíngara y los valses de Viena.
En la Academia nunca se habla de música, aunque la tolerarán y perdonarán, tanto los profesores como los demás estudiantes, como un capricho pasajero, típico de la juventud.Todo el mundo tiene un punto débil.Hay quien cría perros y quien monta a caballo. Es mejor que jugar a las cartas pensaban. Es menos peligroso que las mujeres, pensaban...."
[...]
"...Una noche de verano mientras Konrád interpretaba en la mansión una pieza a cuatro manos con la madre del general, sucedió algo. Estaban sentados en el salón, antes de la cena; el guardia imperial y su hijo escuchaban la música, respetuosos, sentados en un rincón, con atención y paciencia, como cuando alguien dice: "La vida está llena de obligaciones, la música también hay que soportarla. No es de buena educación contradecir a las señoras" La madre ejecutaba la pieza con pasión: tocaban la Polonesa-Fantasía de Chopin. Era como si todo se hubiera revuelto en el salón. El padre y el hijo sentían, sentados en sus sillones en aquel rincón, en su espera paciente y disciplinada, que en los dos cuerpos, en el cuerpo de Konrád y en el de la madre, estaba sucediendo algo. Era como si la rebeldía de la música hubiese elevado los muebles, como si una fuerza invisible hubiera movido las pesadas cortinas desde el otro lado de las ventanas; era como si todo lo que había sido enterrado en los corazones humanos, todo lo corrompido y descompuesto reviviera, como si en el corazón de cada uno se escondiese un ritmo mortal que empezara a latir en un momento dado de la vida con una fuerza inexorable. Los oyentes comprendieron que la música podía ser peligrosa.Los otros dos, la madre y Konrád, sentados al piano, noo hacían caso de los peligros..."

El último encuentro ( o Rescoldos o Brasas, como sugiere Taco Larreta)
Sándor Márai
Novedades Salamandra
33ª edición

la cosa es así:
desde tiempo atrás me choco en librerías con cantidad de títulos de este autor;
un día leo en el suplemento Cultural de El País un artículo de Taco Larreta:
"...EL CASO DE Sándor Márai es emblemático, además de ser trágico. Un escritor fuera de serie es extirpado de la cultura de su país, Hungría. Como un tumor. Se prohíben sus obras, se secuestran. El régimen represor dura unos años, pero nadie, que se sepa, repara el crimen. El hombre se suicida treinta años después en San Diego, California. Hacia fines de siglo un astuto editor italiano compra toda su obra y empieza a publicarla. Es una operación brillante. Sándor Márai se convierte en un escritor de moda, medio siglo después de haber escrito torrencialmente su obra. [...] Tras El último encuentro, vulgar título español de una novela cuyo original húngaro se traduce mejor por "Las brasas" o "Rescoldos", en todo caso una cumbre de la literatura de ficción..."

y otro día una querida amiga me dice: " la leí de un saque" ;
no hubo otro día, fui la compré y no pude evitar imitarla...

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