viernes, diciembre 05, 2008

Un día perfecto para el pez plátano, inicio, J.D. Salinger


"En el hotel había noventa y siete agentes de publicidad neoyorquinos.Como monopolizaban las líneas telefónicas de larga distancia, la chica de la 507 tuvo que esperar una llamda desde el mediodía hasta las dos y media de la tarde. Pero no perdió el tiempo. En una revista femenina leyó un artículo titulado "El sexo es divertido o infernal". Lavó su peine y su cepillo.Quitó una mancha de la falda de su traje beige. Corrió un poco el botón de la blusa de Saks. Se arrancó los dos pelos que le habían salido en el lunar. Cuando, por fin, la operadora la llamó, estaba sentada en el alféizar de la ventana y casi había terminado de pintarse las uñas de la mano izquierda.

No era una chica a la que una llamada telefónica le produjera gran efecto. Se comportaba como si el teléfono hubiera estado sonando constantemente desde que alcanzó la pubertad.

Mientras sonaba el teléfono, con el pincelito del esmalte se repasó la uña del dedo meñique, acentuando el borde de la lúnula. Tapó el frasco y, poniéndose de pie, abanicó en el aire su mano pintada, la izquierda..."


leo que Salinger junto con Pynchon y Cormac McCarthy es el otro eremita de la narrativa norteamericana; lconstityen autores de culto (McCarthy lo tenemos en La carretera);

Salinger es un neoyorkino que nació en 1919, y con su novela El guardiánentre el cemento se convirtió en un clásico norteamericano.; influyó decididamente en autores como Updike y Philip Roth, entre otros.;

Este vol. de nueve cuentos se inicia con Un día perfecto para el paz plátano, uno de sus cuentos más celebrados;

la locura, el suicidio, los delirios recorrren la serie

me atrajo tanto como McCarthy y su La carretera



Etiquetas:

Orlando (fragmento) V. Woolf

“Los edificios tenían esa simetría ligera pero precisa que sólo les otorga la noche.
El dosel del cielo parecía hábilmente desteñido para destacar los contornos de las chimeneas y los techos. En el medio de la plaza había un plátano, bajo el plátano un banco, en el banco una muchacha afligida (un brazo pendiente, el torso descansando en su regazo) que era la imagen misma de la gracia, la sencillez y la desolación. Orlando barrió el suelo con su sombrero como si saludada a una gran dama en un lugar público. La muchacha levantó los ojos. Orlando vio que eran de un brillo que se observa a veces en las teteras, pero muy rara vez en el rostro humano. A través de esa pátina de plata (la muchacha lo miró con esperanza, con imploración, con temblor, con miedo. Se levantó, aceptó su brazo. Porque -¿debemos decirlo?- era de la tribu que noche a noche bruñe su mercadería y la exhibe a la espera del mejor postor”

Virginia Woolf
Orlando (fragmento)

Fluida escritora, habilidosa y sugerente, es la primera vez que la leo. Orlando fue escrito en 1928. Jorge L


Exquisita, leí Las olas, ya hace cinco,seis años atrás; lamentablemente tengo otras urgencias literarias sino seguiiría con ella; de ella Taco Larreta escribió una obrita titulada Virginia donde relata (¿como ficción¿)su suicidio, que leí con placer al igual que el Sombrero chino; por otra parte N. Kidman interpreta una película referida ella;

más, hay una película titulada Orlando que la tengo pendiente

rodolfo

Etiquetas: