jueves, diciembre 27, 2007

La balada del café triste, fragmento, C McCullers


“Los relojes del pueblo dieron las ocho. Todavía no había ocurrido nada. El viento nocturno y los macabros rumores del día tenían a mucha gente asustada y encerrada en sus hogares junto al fuego. Otros estaban reunidos en grupos. Unos ocho o diez hombres se habían concentrado en el porche del almacén de Miss Amelia. Estaban silenciosos, esperando. No hubieran podido explicar que esperaban; pero siempre que hay tensión en el ambiente, cuando se sabe que va a ocurrir algo importante, los hombres se reúnen y esperan de este modo. Y después de la espera, llega un momento en que todos actúan al unísono, no impelidos por el pensamiento o la voluntad de un hombre, sino como si sus instintos se hubieran fundido, de forma que la iniciativa no parte de uno de ellos, sino del grupo entero. En esos momentos ninguno titubea; y sólo depende del destino el que las cosas se resuelvan pacíficamente, o que la acción conjunta derive en tumulto, violencias y crímenes”·

Carson McCullers
“La balada del café triste”

(fragmento Seix Barral Biblioteca Formentor 2007)

jorge l.


digo al pasar :
la descripción tan económica, tan perfecta, me trasladó a una esquina de 18 de mi época de AEM/FEUU...
rodolfo

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