viernes, diciembre 07, 2007

El maestro de Petersburgo, fragmento, J.M.Coetzee

Sudafricano, Nobel 2003, Vida y época de Michael K. y La desgracia son sus dos novelas más elogiadas, que aun no leí.
En El maestro de Peterburgo, Coetzee adopta una modalidad "dostoivskana" para desarrollarla.
fragmento elegido:


"...Se oye un grito cuyo eco sacude la escalera, tan fuerte y tan aterrador que arrancan del sueño a los que duermen. En cuanto a él, no oye nada. Ya no está, ya no le queda tiempo.
Cuando despierta está envuelto en una oscuridad tan intensa que nota como si presionara las órbitas de los ojos. No tiene idea de donde está, no sabe quien es. Es pura vigilia, pura conciencia: eso es todo. Es como si hubiera nacido hace un minuto, como si hubiera nacido en un mundo en que la noche no da cuartel.
Calma, dice esa conciencia para sus adentros, intentando sofocar su propio pánico: ya has estado antes en otras parecidas; aguarda que algo volverá.
Un cuerpo cae a plomo, una caída libre en su espacio interior. Ese cuerpo es él. El paso vertiginoso del aire: él es quien percibe ese paso vertiginoso. Una garganta asfixiada de terror: él es esa garganta.
Qué muera, piensa ¡Que muera!
Procura mover un brazo, pero el brazo está atrapado bajo su cuerpo.Estupidamente intenta liberarlo a tirones. Algo huele mal, tiene húmeda la ropa. Como el hielo que se foma en el agua, los recuerdos por fin empiezan a coagualrse: quién es, dónde está. Junto con el recuerdo, le invade el deseo urgente de irse muy lejos
de este lugar, ante de ser descubierto en plena ignominia.
Estos ataques son el fardo que arrastra consigo por el mundo. A nadie ha confesado jamás cuánto tiempo se pasa al acecho de las premoniciones, en un intento de leer los signos que las anuncian ¿Porqué esta madición? grita en su interior, golpea la tierrra con el cayado, exige a la roca que le de una respuesta. Pero él no es Moisés, la roca no se resquebraja. Tampoco sus trances le dan acceso de iluminación: no son visitaciones. Lejos de serlo no son nada:bocanadas de su propia vida que son arrebatados como si los sorbiera un torbellino que no deja a su paso siquiera un recuerdo de tinieblas..."

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