miércoles, enero 30, 2008

una vez más Onetti, interminable, El Pozo, fragmento

"...Miro el vientre de Ana María, apenas redondea­do; el corazón empieza a saltarme enloquecido y muerdo con toda mi fuerza el caño de la pipa. Por­que suavemente los gruesos muslos se ponen a temblar, a estremecerse, corno dos brazos de agua que rozara el viento, a separarse, después, ape­nas, suavemente. Debe estar afuera retorciéndose la tormenta negra, girando entre los árboles lustrosos. Yo siento el calor de la chimenea en la espalda, manteniendo fijos los ojos en la raya que separa los muslos, sinuosa, que se va ensanchan­do como la abertura de una puerta que el viento empujara, alguna noche en la primavera. A veces, siempre inmóvil, sin un gesto, creo ver la pequeña ranura del sexo, la débil y confusa sonrisa. Pero el fuego baila y mueve las sombras, engañoso. Ella continúa con las manos debajo de la cabeza, la cara grave, moviéndose solamente en el balanceo perezoso de las piernas..."
El Pozo
JC Onetti




envia Jorge L.

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