domingo, setiembre 30, 2007

final de La fama es puro cuento , Milton "El Pastilla"Fornaro, envía Jorge L.

estas fotos ilustran una anécdota que se cuenta al final y que nos vincula, en la foto en que está El Pastilla platicando entusiasmado luce de espaldas Antonio T.,Caggiani enfoca todo lo que se mueve o... está quieto, todo (doble click aumenta el tamaño de las fotos)


“El hombre flaco esperó a que los dos uniformados abrieran la puerta del cementerio. Venía con su ramito de nomeolvides, su mejor traje y sus zapatos torturadores. Saludó y su “buenos días” se confundió con el ruido de la reja. Fuerte sonó en cambio la respuesta del más viejos de los camposanteros: “Buenos días, Mellizo”.
Entró por la avenida principal. Su falso vacilar lo encaminaba hacia el lugar conocido. Detrás de él quedaban los empleados conversando. El pampero que inclinaba los cipreses hacia el portón se llevó el diálogo, que fue:

- ¿Quién es el coso tempranero? –preguntó el más joven.
- ¡Quién va a ser! El Mellizo, el hermano de Gonzalito, el olímpico. Ese rengo que ves fue un crack hasta que se jodió la rodilla. El otro es un invento de los diarios - dijo a nadie el del uniforme más desteñido.
El muchacho ya no lo escuchaba, interesado en arrimarle agua a la florista, quien comenzaba a armar su puesto en la calle.”


Final de “La fama es puro cuento” Milton Fornaro
En Murmuraciones inútiles, Alfaguara 2004


Milton Fornaro nació en Minas en 1947 escribe y publica casi desde su adolescencia.
A decir de su coterráneo Mario Delgado Aparaín, “es mi primer escritor que conocí”
Premiado en varias oportunidades, además de cuentos y relatos es autor de varias novelas la última “Si le digo le miento”. Se desempeñó también como periodista y crítico literario.
En este cuento alude al viejo mito futbolista uruguayo del hermano del crack, malogrado por una lesión y mucho más talentoso que el crack auténtico. Sutilmente alude a algunos personajes reales.

Jorge L.
--------siempre recuerdo esa mañana de octubre del 06;
desde La Giralda, Jorge, el Pastilla y yo partimos en el auto de J. (siempre una aventura de final incierto*) hacia Minas, el lar de Fornaro. es que al también minuano Fosalba lo incorporaban al nomenclatror citadino. El tiempo del trayecto fue ocupado por el compartir un mate con bizcochos de dudosa calidad, y los cuentos de Fornaro sobre momentos de su vida en Minas y la amistad con la flia Zabalba, anécdotas infinitas. El relato se vio varias veces interrumpido por el chillar del celular pues había preocupación por la hora de nuestra llegada. Jorge era el corresponsable de la oratoria - a continuación o antes del Intendente Vergara- y del tirar de la piolita.. Triunfantes divisamos la entrada a la ciudad; esa alegría se opacó pronto al percibir un carraspeo inquietante del vehículo. El azar hizo que la calle a designar con el nombre de Fosalba quedara casi al final de una pronunciada bajada, frente al Hospital del MSP. Esa pendiente fue proverbial, el auto sin corriente llegó por inercia justo al lugar señalado, a la hora indicada. Mientras el entonces presidente del SMU saludaba a "las fuerzas vivas del lugar" preguntaba como principal preocupación por el imprescendible mecánico. Tarde en la tarde pudo regresar a MVD. Por nuestra parte compartimos en el ómnibus al que nos invitó Antonio T. y llegamos a MVD con lluvia torrencial y contentos por la misión cumplida y por el pasaje por la Confitería Irisarri, los alfajores, damasquitos, serranitos y esas cosas...
Murmuraciones Inútiles es el primer libro que leo de Fornaro.
rodolfo
* no es gratuita esta afirmación; la vez anterior que compartí otro vehículo propiedad de Jorge fue con motivo de una ida a Las Piedras por fallecimiento de la mama de Marcos. De ida olfatié un olor a full oil que me preocupó. El retorno ocurrió abiertamente entre vapores de combustión tan intensos, tan intensos, que el sweter que portaba fue motivo de varios lavados para desimpregnarlo; eso sí... llegamos...

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