domingo, setiembre 02, 2007

fragmento, Cheever, Diarios


"Truenos durante la noche y a las tres y media una lluvia fuerte. A las cinco y media una luz tétrica en el cielo nublado y conejos en el jardín de la iglesia. Café con A., luego a West Branch, un mundo casi desierto.Lozanía en los bosques después de las lluvias intensas. Las raíces de las hierbas y las flores y el arroyo de olor correoso dejan una huella de sensualidad en la mente.
El agua humeante después de la lluvia, turbulenta aquí o allá. Serena en los charcos. Agua que cae de los pinos. Una trucha sube a la superficie de la laguna, al pie del arce. Bajo la superficie del arroyo, un mundo sereno, el Averno, de cantos rodados. Todos los muertos en la laguna de Parson y el margen estrecho entre el mundo seco y el húmedo. El frío que atraviesa mis botas de pesca y el abrazo del agua. Pienso en nereidas, en peludos dioses del río. El amanecer, el aroma vertiginoso del laurel, los pétalos de cornejo como corazones flotando en el agua impregnado de dulzura y lascivia. Doncellas y sátiros. En el cruce de Hartcourts brotan las hojas de los maderos del puente. Contra el puente, una gruesa capa de espuma blanca. El arroyuelo que hay a mi espalda habla el idioma de los "partos, medos y elamitas, de los habitantes de Mesopotamia, de Judea, de Capadocia, del Ponto y de Asia, de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia que rodean Cirene, y de los extranjeros de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes"; es verdad que oímos hablar al arroyuelo en todos estos idiomas.
Y pensamos en cosas carnales: lo que puede iluminar y oscurecer la conciencia, lo que nos tienta a espiar detrás de las cortinas y demás picardías, y también lo que nos dotó de ternura y paciencia. El amable latrocinio de plumas que cometemos. Después la luz del sol ha penetrado en el valle, húmeda y dorada.
Y río arriba salta la trucha con ruido de loza que se rompe, un tirón y es nuestra. La caña se dobla y a través del agua cristalina vemos saltar de acá para allá, plata y rosa, nuestro tesoro sumergido..."


J Cheever Diarios emecé lingua franca



dice Jorge L. , al hacer el envio a Bandeja de Entrada: : "Seleccionar fragmentos de los Diarios es imposible.Va este como podría ir cualquier otro".

digo: dice Cheveer "...Agua que cae de los pinos.... Bajo la superficie del arroyo, un mundo sereno, el Averno, de cantos rodados..." quedo sin palabras, no las necesito, leo de nuevo: "...Agua que cae de los pinos....Bajo la superficie del arroyo, un mundo sereno, el Averno, de cantos rodados..." y otra vez

aun no leí su Diario, salido hace muy poco,aun estoyleyendo el Tomo II de su libro de Cuentos

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