lunes, setiembre 15, 2008

Rebelión en la granja

acabo de leer un pendiente:
esta obra de George Orwell;

es muy interesante el prólogo hecho por un británico y el prefacio que nunca había llegado a publicar Orwell donde responde a las dificultades que tuvo en el 46 para que le editaran la obra pues era francamente antistalinista y "por razones de Estado" se lo veía como inconveniente;

ubica la rebelión en Inglaterra,

hace referencia al pedíodo de degeneración y traición a la Revol Soviética,
pero puede leerse como una tragiparodia que ocurre con todas las dictaduras
rescato este momento :

"....De algún modo parecía que la Granja se hubiera enriquecido sin enriquecer a los animales mismos; exceptuando naturalmente, a los cerdos y a los perros. Tal vez eso se debiera al hecho de haber tantos cerdos y tantos perros. No era que estos animales no trabajaran a su manera.Existía, como Squealer nunca se cansaba de expicarles, un sinfín de labores en la supervisión y organización de la Granja. Gran parte de este trabajo tenía características tales que los demás animales eran demasiado ignorantes para comprenderlo. Por ejemplo, Squealer les dijo que los cerdos tenían que realizar un esfuerzo enorme todos los días con unas cosas misteriosas llamadas "ficheros", "actas" y "ponencias". Se trataba de largas hojas de papel que tenían que ser llenadas totalmente con escritura, y después eran quemadas en el horno.Esto era de suma importancia para el bienestar de la Granja, señaló Squealer. Pero de cualquier manera ni los cerdos ni los perros producían nada comestible mediante su propio trabajo; eran muchos y siempre tenían buen apetito.En cuanto a los otros, su vida,por lo que ellos sabían, era lo de siempre.Generalmente tenían hambre, dormían sobre paja, bebían del estanque, trabajaban en el campo; en invierno sufrían los efectos del frío y en verano de las moscas. Aveces, los más viejos de entre ellos buscaban en sus turbias memorias determinar si en los primeros días de la Rebelión, cuando la expulsión de Jones aun era reciente, las cosas eran mejor o peor que ahora. No alcanzaban a recordar. No había con que comparar su vida presente, no tenían en que basarse exceptuando las listas de Squealer que, invariablemente , demostraban que todo mejoraba más y más y más..."
2006 Booket pp 166-167

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