viernes, setiembre 19, 2008

Guerras y soldados Louis Fedinand Celline

“...El coronel seguía sin inmutarse, yo lo veía recibir, en el talud, cortas misivas del General, que después rompía en pedacitos, tras haberlas leído sin prisa, entre las balas. Entonces, ¿en ninguna de ellas iba la orden de detener al instante aquella abominación? Entonces, ¿no le decían los de arriba que había un error? ¿Un error abominable? ¿Una confusión? ¿Qué se habían equivocado? ¡Que habían querido hacer maniobras en broma y no asesinatos? Pues, ¡claro que no! “Continúe, coronel, va por buen camino” Eso le escribía sin duda en General Des Entrayes, de la división, el jefe de todos nosotros, del que recibía una misiva cada cinco minutos, por mediación de un enlace, a quien el miedo volvía cada vez un poco más verde y cagueta. ¡Aquel muchacho habría podido ser mi hermano en el miedo! Pero tampoco teníamos tiempo para confraternizar.
Conque, ¿no había error? Eso de dispararnos así, sin vernos, ¡no estaba prohibido! Era una de las cosas que se podían hacer sin merecer un broncazo. Estaba reconocido incluso, alentado seguramente por la gente seria, ¡como la lotería, los esponsales, la caza de montería!... Sin objeción. Yo acababa de descubrir de un golpe y por entero la guerra. Estaba desvirgado. Hay que estar casi solo ante ella, como yo en aquel momento, para verla bien, a esa puta, de frente y de perfil...”

Louis Ferdinand Celline (Louis Ferdinad Destouches)
Viaje al fin de la noche, Ed. Gallimard 1952, traducción Carlos Manzano, 1993
Paría 1894-1961. Médico. Admirado – entre otros- por Onetti; acusado de colaboracionista con el Régimen de Vichy en Francia durante la II Guerra Mundial.
Esta novela es a mi juicio uno de los clásicos de la literatura moderna. Leí algunas otras novelas de Celine, algunas muy buenas ninguna superior a Viaje…..


Amenazo con transcribir fragmentos de guerra de otros dos clásicos franceses, Sartre y Malraux; si el tiempo y las autoridades lo permiten

Jorge L.

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